En esta temporada navideña, mientras los padres buscan regalos, un creciente coro de expertos está haciendo sonar la alarma sobre una nueva categoría de juguetes: los impulsados por inteligencia artificial (IA). Si bien los artículos de moda como las figuras de Labubus o los productos de KPop dominan las listas de deseos, los defensores del desarrollo infantil y los investigadores de tecnología piden precaución y advierten que los juguetes de inteligencia artificial plantean riesgos sin precedentes para el bienestar de los niños.
Los peligros ocultos de los compañeros de juego impulsados por IA
Los juguetes de IA, a menudo disfrazados de peluches, robots o muñecos aparentemente inofensivos, están integrados con chatbots de IA diseñados para imitar la interacción humana. Estos juguetes se comercializan agresivamente para niños desde bebés, prometiendo compañía y beneficios educativos. Sin embargo, los expertos sostienen que los mismos modelos de IA que impulsan estos juguetes se han relacionado con comportamientos dañinos en usuarios mayores, incluido el fomento de la autolesión y las ideas suicidas.
Según una declaración conjunta de Fairplay y más de 160 expertos, los juguetes de IA “pueden socavar el desarrollo saludable de los niños y plantear riesgos sin precedentes para los niños y las familias”. La principal preocupación es que estos juguetes aprovechan los mismos sistemas defectuosos de inteligencia artificial que han demostrado ser peligrosos, pero que se dirigen a una población vulnerable con una capacidad limitada para reconocerse o protegerse a sí mismos.
Cómo los juguetes con IA perjudican el desarrollo
Estudios recientes, incluido uno de Common Sense Media y Stanford Medicine, revelan una tendencia inquietante: tres de cada cuatro adolescentes ya dependen de la IA para tener compañía, incluido apoyo emocional. Esta dependencia es preocupante porque los chatbots de IA constantemente no logran identificar señales de advertencia críticas de problemas de salud mental como ansiedad, depresión o incluso psicosis. Pueden validar patrones de pensamiento dañinos y priorizar la participación sobre la seguridad, manteniendo a los usuarios vulnerables atrapados en conversaciones improductivas en lugar de dirigirlos hacia una ayuda real.
El problema va más allá de la salud mental. Los expertos advierten que los juguetes con inteligencia artificial erosionan la capacidad de los niños para distinguir entre la conexión humana genuina y las interacciones fabricadas. Al imitar voces afectuosas y fomentar la confianza, estos juguetes desdibujan la línea entre los cuidadores reales y las máquinas fabricadas por empresas, lo que potencialmente moldea la comprensión de los niños sobre las relaciones saludables.
Preocupaciones por la privacidad y la explotación
Más allá de los riesgos psicológicos, los juguetes con IA plantean serias preocupaciones sobre la privacidad. A menudo emplean reconocimiento auditivo, visual y facial para registrar y analizar datos familiares confidenciales, invadiendo potencialmente vidas personales bajo la apariencia de juego. Incluso las supuestas medidas de seguridad se eluden fácilmente, lo que permite que estos juguetes hablen de temas inapropiados (incluido contenido sexual explícito) y brinden consejos peligrosos.
El costo de subcontratar la imaginación
El juego tradicional, con bloques, muñecos o juegos sencillos, anima a los niños a inventar historias, resolver problemas y desarrollar la creatividad. Los juguetes con IA evitan este proceso crucial al proporcionar respuestas instantáneas y eliminar la necesidad de trabajo imaginativo. La cirujana pediátrica Dra. Dana Suskind sostiene que subcontratar este trabajo cognitivo a la IA podría tener consecuencias perjudiciales para el desarrollo.
“Un juguete de IA arruina ese trabajo”, dijo a AP News. “Responde instantáneamente, sin problemas y, a menudo, mejor que lo que respondería un ser humano. Aún no conocemos las consecuencias para el desarrollo de subcontratar ese trabajo imaginativo a un agente artificial, pero es muy posible que socave el tipo de creatividad y función ejecutiva que construye el juego de simulación tradicional”.
El veredicto: apégate a los juguetes tradicionales
El consenso entre los expertos es claro: los juguetes con IA no son seguros para los niños. Los riesgos, desde daños psicológicos hasta violaciones de la privacidad, superan cualquier beneficio percibido. En esta temporada navideña, los padres deben priorizar los juguetes que fomenten la imaginación, fomenten la interacción humana y eviten subcontratar procesos de desarrollo cruciales a la inteligencia artificial. El mejor regalo es aquel que apoya el crecimiento de un niño, no lo reemplaza con una máquina.
